Ver el pasado con arrepentimiento o aceptar tu historia con amor

La vida no se trata de querer cambiar el pasado, sino de abrazar con amor la historia que te trajo hasta aquí.

Llega un momento en la vida en el que te preguntas: ¿Qué hubiera pasado si…? ¿Cómo sería mi vida? ¿Y si hubiera tomado otra decisión?

Es inevitable que estas preguntas crucen tu mente, porque hay decisiones que se vuelven cruciales, los momentos de impacto, los que determinan el rumbo de tu vida, de tus metas, de tus resultados y de tus sueños.

Quizás dijiste no a aquella oportunidad de vivir en otro país, a aquel trabajo o a cualquier otra situación, pero haberlo hecho te puso frente a las personas que hoy están a tu lado.

Si te encontraras frente a tu “yo” de hace unos años, tal vez le dirías que tome una decisión distinta, que haga o que deje de hacer algo y quisieras que tu presente fuera diferente, porque tomaste decisiones que te trajeron a donde estás hoy y quizás no es exactamente donde quisieras estar.

Aunque es natural sentirte así, también puedo decirte que probablemente te estás enfocando en lo que no tienes, en lo que te falta, en lo que dejaste de hacer a causa de esa decisión o del rumbo que escogiste. Este enfoque te lleva a un estado mental y emocional negativo, de arrepentimiento, de dolor y frustración. Porque seguir cuestionando “¿y si…?” no cambia nada, solo te estanca en el pasado. A final de cuentas, sin importar cuánto te lo preguntes o lo repases en tu mente, cuánto imagines los posibles resultados o que imagines la vida que tendrías si hubieras hecho esto o aquello, hoy estás aquí y esa es la realidad, aunque eso haga que te duela el corazón.

Está bien que te lo cuestiones, que analices, pero lo importante es cómo lo enfrentes  y que elijas tu perspectiva, puedes ver el pasado con arrepentimiento o aceptar tu historia con amor.

Hagamos una prueba, para que lo veas desde la perspectiva contraria: si el rumbo hubiera sido otro, imagina las experiencias que no habrías vivido, los momentos de felicidad, el lugar donde estás hoy; pero sobre todo, a las personas que no tendrías en tu vida en este momento si tu camino hubiera sido distinto.

Todo es cuestión de perspectiva, y si estás pasando por la frustración de una decisión que tomaste, sé compasiva contigo misma y reconoce que la versión tuya que tomó esa decisión hizo lo que creyó mejor en ese momento, que no tenía el conocimiento y la experiencia que tienes ahora. Perdónate, y no te lo reclames más. Abraza tu historia, que te ha hecho ser quien eres y viaja con el equipaje de lo positivo. Agradece lo que tienes hoy, sobre todo las personas que están en tu vida que quizás con otra historia no estarían.

Si cierras los ojos por un momento y te imaginas la vida sin esas personas que más amas, que más te suman, que valoras y que llegaron a tu vida precisamente por el rumbo que tomaste, créeme, cualquier decisión del pasado tendrá sentido y hasta terminarás valorando tu recorrido.  Porque hay personas que, solo por tenerlas en la vida, hacen que valga la pena todo lo que haya pasado antes.

No puedes cambiar el pasado, pero sí puedes decidir cómo tu pasado impacta tu presente y tu futuro.

Todo depende de la perspectiva; si ves la situación desde el amor, la aceptación, el agradecimiento, el aprendizaje, la fe en el plan perfecto de Dios para ti, puedes hacer que las cargas del pasado se conviertan en las bases sólidas sobre las que construyas el futuro que quieres vivir, una vida y un amor con intención.

¿Qué persona llegó a tu vida por la que no cambiarías tu historia? ¿Qué impacto ha tenido en ti? ¿Cómo sería tu vida si no estuviera?

Hoy es un buen día, para reflexionar sobre esa persona y darle gracias por estar a tu lado.

Amor y luz,

Tu coach, Chochi.

Te acompaño a entrenar la mente para guiar el corazón y así crear la via y el amor que anhelas.